

Para mantener un estilo de vida saludable, es importante la actividad física.
En consecuencia, es normal ver que hoy en día la actividad física toma cada vez más importancia y cada vez hay más gente que practica actividades o disciplinas muy exigentes.
Sin embargo, muchas de estas prácticas llegan a tener prácticas físicas totalmente empíricas, desconociendo la naturaleza y el mantenimiento adecuado de dicho ejercicio, lo requiere para ser desarrollado y en especial la manera en la que debemos preparar nuestro cuerpo para evitar diversas lesiones. Un ejemplo puntual de ello es el desconocimiento que gira alrededor de la correcta hidratación para un entrenamiento físico y más importante aún, la falta de claridad que existe sobre cómo la deshidratación puede afectar nuestro cuerpo gravemente, ocasionando ciertos riesgos que pueden acabar en efectos secundarios de alto riesgo.
Por ejemplo, cuando la proporción de líquidos en nuestro organismo no se encuentra en el balance adecuado y por el contrario, gracias a la quema de energía y la sudoración que existe durante el ejercicio para regular la temperatura la deshidratación puede irse intensificando y afectando nuestro cuerpo con los siguientes síntomas:
Conocer este tipo de efectos por deshidratación puede prevenir que estos ocurran en nuestro cuerpo, evitando grandes riesgos por falta de hidratación adecuada. Cuando el nivel de líquidos es estable en nuestro organismo, evitamos la fatiga muscular, las contracturas y los calambres, ya que estos suelen aparecer cuando las células musculares no obtienen el suficiente sodio, potasio, magnesio, glucosa y en especial la suficiente cantidad de agua.
Si practicamos una rutina física en un lugar diferente al que nuestro cuerpo está acostumbrado, ya sea por las condiciones climáticas o por la intensidad y exigencia que el lugar pueda requerirnos es importante que estemos constantemente hidratados para evitar alcanzar niveles de deshidratación que comprometan nuestra salud, y que se manifiestan con síntomas como fatiga, dolor de cabeza, calambres, etc.
Si durante ese momento ya se presenta alguno de estos síntomas, la rehidratación inmediata no será suficiente solo con el agua, es allí cuando recuperar todos los elementos perdidos en un corto tiempo puede contribuir favorablemente en nuestra salud y para ello puedes apoyarte en líquidos especiales que te ayuden a esas deshidrataciones que son más complejas.
La pérdida de líquidos en el cuerpo contribuye al mal funcionamiento del mismo, haciendo que ciertos procesos cambien drásticamente o sencillamente no se realicen de la manera más adecuada. Una manera de saber el grado de deshidratación en el que se encuentra una persona es observar los síntomas que se evidencian en su organismo.
La deshidratación severa es considerada una emergencia médica puesto que existe una descompensación de los líquidos y sales esenciales en el cuerpo, este tipo de deshidratación puede llegar a ser mortal y potencialmente peligrosa para niños y adultos mayores, ya que el cuerpo no cuenta con una capacidad de resiliencia tan desarrollada como un adulto joven, sin embargo esto no excluye a nadie de sufrir graves problemas por la deshidratación grave y en realidad lo mejor que se puede hacer para prevenirla es tomar líquidos y estar constantemente hidratado.
Otra manera de saber cómo reconocer la deshidratación grave es comprendiendo los síntomas que esta trae consigo, como, por ejemplo:
Por esto es importante hidratarse regularmente con agua y cuando esta realmente no sea suficiente, lo recomendable es rehidratarse con una solución oral que brinde líquidos y sales esenciales.
Las altas temperaturas o el desgaste físico excesivo sin la debida hidratación pueden ocasionar ciertas fallas en el funcionamiento del cuerpo, por lo que conocer previamente sobre cómo debe funcionar nuestro organismo es un gran paso para reconocer si algo anda mal.
Cuando la deshidratación aumenta en el organismo y a esta no se le presta la atención suficiente es probable que se produzca un golpe de calor, el cual a través de distintos niveles puede empeorar de forma grave y provocar fallos muy importantes en nuestros distintos sistemas. Si bien la deshidratación es algo que rápidamente se puede convertir en una situación peligrosa, también es algo que se puede prevenir de una manera efectiva al estar hidratados constantemente, bebiendo agua y evitando practicar esfuerzos físicos demandantes cuando la temperatura es la más cálida del día. Todo esto con la intención de combatir los efectos del golpe de calor.